Amaya Arzuaga 2008, la tercera añada del vino de autor elaborado por Bodegas Arzuaga Navarro para la famosa diseñadora de moda, presenta su Colección 2008 vestido con nueva etiqueta.

Amaya Arzuaga, hija de Florentino Arzuaga, propietario de Bodegas Arzuaga Navarro, decidió crear un vino que llevara su propio nombre para vestir cada año su etiqueta. Desde 2006, la añada se identifica con una Colección y, sobre etiqueta blanca, la diseñadora presenta un diseño especial que hace destacar a este vino por su elegancia, modernidad y personalidad única.

Pero Amaya Arzuaga no es solo imagen; es un vino elaborado con las mejores uvas de la bodega, siguiendo un método artesanal y esmerado que obtiene cada año uno de los mejores vinos de la DO Ribera del Duero, según la prestigiosa revista británica Decanter.


Amaya Arzuaga Colección 2008 ha sido elaborado al 95 % con uva tinto fino más un 5% de blanca del país. Las uvas proceden de viñas muy viejas, pre-filoxericas, asentadas sobre tres suelos diferentes del viñedo de Bodegas Arzuaga que están compuestos por arena, arcilla y aluvión, y aportan al vino profundas notas de mineralidad y una gran complejidad.

Con una producción limitada de tan solo 2.800 botellas bordelesas y 60 magnums, Amaya Arzuaga Colección 2008 se presenta con packaging individual con el mismo diseño de la etiqueta.

La tercera añada de este vino de edición limitada se presenta con nueva etiqueta, diseñada por la propia Amaya Arzuaga

Vendimiado a mano en su madurez aromática, desde principios de octubre de 2008 a mayo de 2010 el vino ha permanecido en barricas nuevas de diferentes orígenes, destacando bosques franceses con prolongados secados y tostados muy profundos.

Este vino de autor nunca entra en contacto con acero inoxidable y el embotellado se realiza a mano, sin filtrar ni clarificar.

De color rojo oscuro, con reflejos rubí, vivos y brillantes; en nariz emergen aromas florales que evolucionan hacia aromas a pétalos de rosa secos, todo ello rodeado de matices y notas de auténtico tinto fino de la Ribera del Duero en su máximo esplendor.

En boca es elegante, sedoso y fluido. Llama la atención su frescura, dinamismo y sensación de equilibrio.